Ana Estepa
Tiene mi niño el pelo como la noche,
como la luna llena tiene la cara
y su voz de jilguero por martinetes
me avisa por el día y de madrugada.
Acudo a su llamada como una nube
cargada de alimento, de lluvia láctea.
Si sus ojos me miran soy como un brote
que reverdece al viento de su mirada.
Se me corta hasta el aire cuando lo miro,
y lo miro y lo miro embelesada.
Tiene mi niño el pelo como la noche,
como la luna llena tiene la cara.