Txomin Garmendia Ex-concejal de NA-BAI de Berriozar (Miembro de Batzarre)
No puedo dejar de contestar a las alusiones que hacéis, en el Boletín buzoneado en Berriozar, en referencia a que “el Alcalde ordenó retirar el belén instalado en el zaguán del ayuntamiento porque a un miembro de NA-BAI le molestaba”. ¡Vamos, que andamos de caprichos!Os referíais a mí, por cuanto directamente te manifesté que no me parecía correcto que en el nuevo Ayuntamiento se comenzara con el precedente de colocar instalaciones con motivos religiosos. En ningún momento he manifestado que el belén me molestara, porque con los motivos religiosos tengo el mismo escrupuloso respeto que con los pensares, creencias y transcendencias de cada cual, en tanto las mismas no supongan merma de derechos fundamentales de otras personas.
No me deja indiferente que se siga avanzando poco (¡si no retrocediendo!) en materia de libertad religiosa. Que mientras hablamos de convivencia de civilizaciones no pongamos las bases para que sea posible a futuro. Me molesta, (¡esto si !) que un paladín de la Constitución y de la democracia como tú, José Antonio, no manifieste mayor sensibilidad hacia la aconfesionalidad de las Instituciones del Estado, que nos viene exigida por razones meramente democráticas, y demandada por la multiculturalidad de una sociedad globalizada.
El meollo no son tus formas frívolas de abordar un asunto tan serio, sino el que no quieres entender que la decisión de si se puede admitir o no la presencia de símbolos religiosos en las instituciones del Estado está tomada. Una persona que está siempre con la Constitución en boca, debiera saber, que esa decisión ya lo adoptó el constituyente de 1978, al redactar su artículo 16 en los términos en que lo hizo.
No nos encontramos, amigo José Antonio, ante unas decisiones que puedan tomar funcionarios, alcaldes, plenos, consejos escolares.... (tampoco un grupo de vecinos, por muy numeroso que sea), la decisión ya la tomó el constituyente. Me da “corte” tenértelo que recordar yo, un “contaminado”, tan poco entusiasta de nuestra Carta Magna.
Desde el 29 de diciembre de 1978 cada ciudadana/ciudadano -y subrayo el carácter de ciudadanía- es titular del derecho fundamental a la libertad religiosa, y ese derecho tiene que serle respetado por los poderes públicos y por el resto de la ciudadanía. Ni siquiera el Congreso de los Diputados podría tomar la decisión de que hubiera crucifijos en las escuelas, belenes en los Ayuntamientos, capillas religiosas en los cementerios municipales, etc., pues en el supuesto de que aprobaran una Ley en ese sentido, la Ley sería anticonstitucional.
Navegar en política, y frente a la opinión pública, contra el viento del conservadurismo (en nuestra tierra más abundante que el cierzo) tiene muchísimas más dificultades políticas y electorales que el dejarse llevar por la inercia de lo establecido. Que tú, José Antonio, (¡con el beneplácito de tu partido, supongo!) pretendas sacar rédito electoral con hechos de esta naturaleza, indica que no toda tu “fachada” de defensor de derechos fundamentales, es tan recia.
Los consejos escolares, los alcaldes o concejales, etc. no sois titulares del derecho a la libertad religiosa, lo somos los individuos y, en consecuencia, no podéis decidir ni por autoridad, ni por mayoría, ni por unanimidad, ni tan siquiera recurriendo al manido “grupo de vecinos” mantener nacimientos, crucifijos, u otros símbolos y motivos religiosos en las Instituciones Públicas del Estado. Tampoco vale recurrir a justificaciones como la costumbre, el hecho cultural, el “a nadie hace daño” o el somos mayoría.
Tú sabrás dónde quieres pescar votos, tú sabrás con qué razones quieres atacar a tus “rivales” políticos y ponerte medallas delante de tus “aliados”, pero no se te olvide que Estado Constitucional y Estado confesional es una contradicción en términos. ¡A ver si te aclaras, que algunas veces pareces del ala más rácana de la democracia cristiana!
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