Ana Estepa
Deambulan enfilados
y distantes
como fantasmas sordos.
Planean cual escamas de recuerdos
sanadoras de amnesia.
Tras de si se vislumbra
una estela numérica
que alfombra las pisadas
de los muertos.
Y me dejo llevar:
enlutada y silente.
Con los ojos vendados
por mi palabra enferma.
Ellos no marcan el compás del mundo,
tan sólo son
caducos transmisores
de lo extinto.
Pintxo lehiaketa
Hace 8 años
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